Yo solía gobernar el mundo,
los mares se alzaban cuando yo lo ordenaba.
Ahora, cuando llega la mañana, yo duermo solo,
barro las calles que antes solía poseer.
Yo solía tirar los dados,
sentía el miedo en los ojos de mi enemigo.
Escuchaba cómo la gente cantaba:
"ahora que el viejo rey ha muerto, ¡larga vida al rey!"
Por un minuto yo tenía la llave,
al siguiente las paredes estaban cerradas ante mí.
Y descubrí que mis castillos estaban construidos
sobre pilares de sal y pilares de arena.
Escucho que las campanas de Jerusalém están sonando,
los coros de la caballería romana están cantando,
son mi espejo, mi espada y mi escudo,
mis misioneros en un campo extranjero.
Por alguna razón que no puedo explicar
una vez que vas, nunca,
nunca hubo una palabra honesta.
Así era cuando yo gobernaba el mundo.
Fue el viento embrujado y salvaje
que tiró las puertas para dejarme entrar.
Ventanas rotas y el sonido de tambores,
la gente no podía creer en lo que me había convertido.
Los revolucionarios esperan
mi cabeza en una bandeja de plata.
Solo una marioneta con una cuerda solitaria,
oh ¿quién podría querer ser rey?
Escucho que las campanas de Jerusalém están sonando,
los coros de la caballería romana están cantando,
son mi espejo, mi espada y mi escudo,
mis misioneros en un campo extranjero.
Por alguna razón que no puedo explicar
sé que San Pedro no dirá mi nombre (no entraré en el cielo)
Nunca una palabra honesta,
pero eso era cuando yo gobernaba el mundo.
Escucho que las campanas de Jerusalém están sonando,
los coros de la caballería romana están cantando,
son mi espejo, mi espada y mi escudo,
mis misioneros en un campo extranjero.
Por alguna razón que no puedo explicar
sé que San Pedro no dirá mi nombre.
Nunca una palabra honesta,
pero eso era cuando yo gobernaba el mundo.